domingo, 10 de noviembre de 2013

Sydney: Darling Harbour, Chinatown, Paddington y King Cross 6/11/2013

Como anoche estábamos en la cama a eso de las 6 de la tarde y pese a mis esfuerzos por no dormirme tan temprano caí frito como un ajo, y como yo no soy de acumular sueño sino que por más tiempo que lleve despierto no puedo empalmar más de ocho horas durmiendo, a las 2 de la mañana tenía ya los ojos como platos. Y así hasta que nos levantamos, poco después de las 5, hartos de descansar. Una hora después teníamos ya los pies en la calle que bullía de actividad pese a lo intespestivo del horario. Gente trabajando, gente corriendo, gente que iba al trabajo, gente que iba corriendo al trabajo,... es impresionante cuánta gente corre aquí y de qué manera: a toda velocidad, hombres y mujeres de cualquier edad corren como demonios a todas horas y por todos lados. Nada del trotecillo cochinero, también llamado footing, que practica todo el mundo ahora en España. Claro, es que correr se ha puesto de moda ayer (y pasará mañana) y nos ha pillado a todos desentrenados. Estos australianos se ve que no han parado de correr nunca y así cualquiera. Probablemente esté relacionado con el hecho de que aunque hay restaurantes de comida rápida-basura a montones no se ve apenas a nadie con sobrepeso, es más, todo el mundo está delgado o como mucho, fuerte. Ya llevaba yo advirtiendo desde ayer que casi todas las australianas eran altas, rubias, delgadas y guapas cuando Vane ha hecho la misma observación en voz alta. Pues sí, y ella, y los australianos también, y yo, pues también, y he tenido que conceder el empate para evitar problemas.

Hoy toca visitar el centro, Darling Harbour, Paddington y Kings Cross. Enfilamos William Street hacia Hyde Park y en un semáforo una pareja de españoles. Llevan aquí dos días, están matriculados en un curso de inglés de cuatro meses y esperan quedarse trabajando luego. De Asturias son. Buen lugar este para aprender inglés, yo creo que el mejor: la gente pronuncia muy bien, habla despacio, no se come letras ni palabras y tiene la amabilidad suficiente (incluso más) de repetir las cosas las veces que sea hasta que los entiendes perfectamente. Todo lo contrario que los ingleses. Sin ánimo de ofender, diría que el inglés de los australianos es el mismo que el de los ingleses pero sacándose la patata de la boca. Es posible que la misma comparación exista entre el español de Sudamérica y el de España (?).

Seguimos caminando hasta dar con la Catedral de St Mary donde nos hicimos las primeras fotos del día. Y de ahí a Hyde Park, pequeño parque donde encontramos en un extremo una fuente conmemorativa de la alianza con Francia en la II Guerra Mundial y en el otro un monumento de homenaje a los caídos en  el conflicto. El centro financiero con sus rascacielos linda con el parque así que nos dimos un paseíto por él. Vimos edificios como el City Town Hall (Ayuntamiento suena más pobre), otra catedral, la de St Andrew, y el Queen Victoria Building con su pijísimo centro comercial en el interior. Muy bonito todo. De los rascacielos pasamos que nos parecen todos iguales. Otro centro comercial pijo, el Strand Arcade, y la Sydney Tower, una torre que se parece al madrileño Pirulí. Por ultimo una calle peatonal, Martin Place. Y se acabó el centro.

Llegamos a Darling Harbour a través del muelle, King Street Wharf, que no tiene nada de especial aparte de las acostumbrados restaurantes y cafeterías, más que enfrente esta el Museo Marítimo  y desde aquí se pueden hacer fotos muy chulas con el museo y sus barcos de fondo. Un par de barcos militares, un submarino, un velero antiguo, un bote salvavidas,... incluso un faro. Contiguo al muelle está el acuario de la ciudad y seguido un parque, el Tumbalong Park, y como era tan temprano que aún estaba vacío y sólo varios jardineros andaban por allí aprovechamos para tirarnos por los toboganes y por una pequeña tirolina. Muy díver. Lo siguiente eran unos jardines chinos, pero había que pagar para verlos y pensamos que mejor ahorrarnos el dinero y guardarlo para un futuro viaje a China. Después y dando ya la vuelta al muelle el palacio de congresos y ferias (Sydney Exhibition Centre), un centro comercial con cantidad de restaurantes con terracita hacia el muelle y el Museo Marítimo que mencioné antes.

Salimos del muelle para visitar Chinatown, aunque yo no iba muy convencido porque cada Chinatown que visito me parece más feo que el anterior, pero este me sorprendió, es más pequeño aunque menos agobiante y esta más limpio que el de otras ciudades. Lo mejor, el mercado, Paddington Market, que nos ha recordado mucho a los de Tailandia, con sus puestos de baratijas, ropa, falsificaciones, móviles, frutas, especias, souvenirs,... me llamó la atención el precio de las cerezas, especialmente caro, 35$ (25€) el kilo.

Después de comer sólo nos quedaban por ver las zonas de Paddington y Kings Cross. Pues para allá que fuimos. Paddington está atravesado entero por una calle larguísima y llena de tiendas llamada Oxford Street, como la calle de tiendas de Londres, pero las de aquí no son las grandes marcas sino tiendas normales y corrientes. Nos hicimos la calle entera hasta llegar al Centennial Park pero a esas alturas estábamos reventados y no teníamos ganas ya de parque ni de nada. Descansamos un rato y tiramos para Kings Cross-Potts Points que además es donde está nuestro hotel. Estos barrios no tienen nada de especial, sólo algunas calles y casas de estilo inglés así que casi que es mejor pasar de ellos y verdaderamente podríamos haber empleado el tiempo en algo mejor.
¡Hasta mañana!

0 comentarios:

Publicar un comentario

¡Recomienda este blog!