A las 12:30 ha empezado finalmente la aventura, bus Algeciras (parada con el glamouroso nombre de La Charca) a La Línea, y entrada a pie por la frontera con (que no "de") Gibraltar para llegar al frustrado aeropuerto compartido y que se ha quedado con el presuntuoso nombre de Aeropuerto Internacional (¿Gibraltar y UK no son el mismo país?) de Gibraltar. Tanto al facturar como al pasar los controles nos han atendido sendas funcionarias llanitas que pese a que previamente a nuestra llegada estaban hablando en español, las hemos saludado con un cordial "hola" y les hemos enseñado nuestro pasaporte, se han empeñado en darnos una clase práctica de inglés, movidas sin duda por el altruismo y la buena fe de iniciarnos en la inmersión lingüística a la que nos vamos a ver sometidos durante nuestro viaje y ponernoslo así más fácil. Clases gratuitas llamo yo a eso. A los llanitos que venían antes y después en la cola les han hablado en español.
Despegamos, interesantes vistas del peñón, y poco después ya estamos en Londres-Heathrow. Unas horitas de espera y a por el viaje gordo. Londres, Abu Dhabi, Sydney con Etihad Airlines. Como parece costumbre en las compañías de Oriente Medio, la comida es bastante buena, nada que ver con la tortilla y la pasta de plástico que ponen las occidentales. La única pega del viaje es el catálogo de películas y series para ver: muy actualizado pero las producciones de habla inglesa están dobladas al francés, alemán, italiano, portugués, ruso, chino, árabe, japonés o coreano, pero ninguna al español (???) y los subtítulos son en árabe o chino. Sólo las producciones de habla no inglesa están subtituladas en inglés. Así que o se domina alguna de estas lenguas o sólo se puede ver cine europeo o asiático subtitulado en inglés. Si tu dominio de la lengua de Shakespeare no te llega ni para los subtítulos vas listo. Pensaba que el español pintaba más en el mundo, pero no.
7 + 4 +14 horas después (vuelo + escala + vuelo) estamos por fin en Australia. 7 de la mañana local, 9 de la noche en España, 33 horas desde que salimos de casa. La cola de inmigración no es tan terrible como se ve en la tele o como la de entrada a EEUU. Un cartel anunciando que hoy 5 de Noviembre las cámaras del Canal 7 están allí grabando su famoso programa pero parece que es demasiado temprano aún y no se ve ni rastro de ellos. Pequeño formulario, te sellan el pasaporte y listo. Nada de fotos, pupilas, huellas, preguntas raras ni nada. Están más preocupados de que no lleves un jamón en la maleta que un arma, o de que no les contagies la gripe o lleves una semilla de alguna planta adherida a la suela de tus zapatos a que introduzcas anthrax. Los funcionarios son muy amables y dividen a la gente en diferentes colas en función de las respuestas al formulario inicial. A mi me tocó la del perro que huele los equipajes, pero lo hacen como un juego, parece un espectáculo canino y no es para nada intimidante o desagradable. Vane fue por otra cola donde tuvo que "confesar" entre risas que llevaba paracetamol. ¡Y ya hemos entrado!
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