A este lado nos encontramos más jardines (Fitzroy Gardens) y edificios oficiales, el Parlamento de Victoria y la Catedral dedicada a San Patricio.
Y cuando llegamos a la esquina sureste... más parques y jardines, esto es increíble. En el Melbourne Park hay un gran estadio para partidos de cricket (?) y el Rod Laver Arena, sede del Open de Australia de tenis. No pude evitar entrar y hacerme un montón de fotos, ésta de aquí no es la mejor pero es la única que tengo en el móvil:
Cruzamos un puente para llegar a los jardines por los que anduve ayer y pasear por las inmediaciones del río Yarra para ver de cerca el rascacielos Eureka, uno de los más altos del hemisferio sur, y una torre metálica que hay sobre un teatro similar en estructura a la torre Eiffel y que es uno de los símbolos de la ciudad.
Después de comer de nuevo en el centro cogimos el City Circle Tram, una línea circular y gratuita de tranvías que rodea todo el centro para visitar lo único que nos quedaba, la zona oeste. Es una zona nueva a la orilla del río con un puerto deportivo, centros comerciales y apartamentos de lujo (¿quién quiere vivir en un apartamento pudiendo vivir en una gran casa con jardín?). Aún hay edificios en construcción y no hay mucha vida por el momento. Hay un estadio de fútbol, el Etihad Stadium, ni idea de quien juega allí, y una gran noria como la que hay en Londres. Se nota que hay perraje.
En prácticamente día y medio hemos recorrido todas las partes interesantes de la ciudad sin agobios y sin prisas. Suficiente. Me ha sorprendido mucho, Sydney quizá sea más bonita y con más cosas que ver pero Melbourne parece muy muy cómoda para vivir. Una casita en las afueras, tranvía al centro para trabajar,... Eso sí, carísimo todo, pero es lo que hay en este país.
Mañana comienza el camino a Port Fairy, Adelaida y Kangaroo Island.
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