El viaje ha sido largo y aburrido, no hemos visto apenas nada, nos hemos comido un tormentazo tropical de primera y encima cuando llegamos a Cairns estaba ya todo cerrado porque aquí oscurece muy pronto. Con eso y todo hemos dado un paseo de reconocimiento para ver algo. Calles anchas y rectas que forman manzanas rectangulares, hoteles, apartamentos, supermercados, restaurantes y demás nos dan la sensación de que esta ciudad está hecha para el turismo. Pero una ciudad turística al lado del mar con todo cerrado a las 7 de la tarde, incluso la gran mayoría de los restaurantes, eso en España no pasa.
Como la habitación de nuestro hotel da a un amplio pasillo abierto a un patio central con piscina, hemos cenado se puede decir al aire libre en unas mesas y sillones dispuestas para el disfrute de los huéspedes, espero que a las diez de la noche no hayamos molestado a ningún vecino.
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