sábado, 24 de noviembre de 2012

Washuguarugüí

- Is it true that people in Spain listen to music in English and they don´t understand anything?
- Yes, I do it since I´m a child.
- But if you don´t understand what they are saying, how can you like it?
- The voice is like another instrument, you don´t need to understand, you like the sound, the melody,...
- And they also pretend to sing and invent the lyrics?
- Yeah! Don´t you do the same in your country?
- No! That´s stupid!
- It´s not, it´s very funny.
- How is that possible? I can´t believe it.
- No? Listen to this: ichufaino chaunchaun...!!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Yo, robot



Lo acabo de terminar, aquí en la AEAT. Sé que a pesar de tener pocas páginas (unas 380) he tardado bastante en leerlo. Puede que haya sido porque contener 8 o 9 relatos independientes cada vez que empezaba el que venía a continuación era como abrir un libro nuevo, con el consecuente desapego que se tiene al comenzar un libro que cae en nuestras manos por primera vez. Pensándolo bien, he de reconocer que lo que acabo de escribir no es más que una soberana excusa; en la Saga de la Fundación los protagonistas y situaciones variaban por el inexorable paso del tiempo en la trilogía, necesario para lo que Asimov trataba de contar. Puede que haya estado en mi mesita más de la cuenta por leerlo con detenimiento, disfrutando cada pagina. O simplemente que no le he dedicado lo debido para que hubiera continuidad en la lectura, y por ende me creara adicción.

Alex Proyas dirigió una película en 2004 de título homónimo pero que poco tenía que ver con algún relato del gran escritor de ciencia ficción. Algo de su obra había, como las famosas Leyes de la Robótica o el cameo de la Doctora Calvin, protagonista en cada cuento de este libro, pero en lo referido al guión, nada, o casi nada. Recuerdo un guiño: casi al final de la película, hay un diálogo de la propia doctora conversando con el robot (del que tanto desconfía Will Smith) donde la máquina le comenta que había tenido un sueño en el que veía a un hombre que gritaba "¡Deja libre a mi gente!"; cuando la doctora le pregunta quien era el hombre el robot contesta: "Yo era el hombre". Escalofríante, ¿verdad? Éste diálogo está inspirado en el relato "Sueños de robot", ausente en el libro que acontece.

Para dilucidar el nivel de este libro es obligatorio observar desde una perspectiva global, ateniéndose al conjunto de historias que cuenta. Describe el funcionamiento de la sociedad y el impacto en ella por la llegada y el avance de los robots. Desde el nacimiento del primer robot súper nanny, que no hablaba y apenas servía en las labores del hogar, Asimov enlaza cuentos que crecen en complejidad y que son independientes entre sí (es habitual entre sus lectores leer relatos sueltos), pero que en realidad siguen siendo el mismo, con idéntica estructura, hasta llegar a maquinas inteligentes que organizan y de las que dependen la humanidad. Como he mencionado, el planteamiento es esquemático, cada relato es semejante al resto; en todos el nudo de la historia se provoca por una incoherencia, una contradicción a resolver en alguna de las tres leyes de la robótica que él mismo inventó (1- un robot no puede hacer daño a un humano ni permitir por inacción que sufra, 2- un robot debe obedecer a un humano siempre que no incumpla la primera ley, 3- un robot debe cuidarse a si mismo siempre que no incumpla ninguna de las dos primeras leyes, tirando de memoria). Sin duda son icónicas de su vida profesional.

En este compendio de geniales y, por qué no, futuros problemas a los que tendrán que enfrentarse nuestros sucesores, podremos encontrarnos robots que mienten por no hacer daño, que se pierden concienzudamente por una orden mal enunciada o robots cuyo cerebro positrónico controla naves e industrias. Un libro delicado, donde lo frío no es el metal, sino la carne, donde se insinuan preguntas filosóficas, batallas de la evolución. En el que el lector se pregunta, cuando menos se lo espera, qué ser merece más la vida.

Y ahora si, a por la saga de los robots.

jueves, 1 de noviembre de 2012

La montaña mágica

No sé cómo plantear este comentario sobre La montaña mágica de Thomas Mann porque es fácil que desvele quizá parte del argumento de la novela y no me gustaría. Intentaré ir escribiendo según me vayan viniendo ideas y sensaciones sobre su lectura a la cabeza y luego haré un repaso para eliminar cualquier alusión importante a la trama cuando sea posible sin restar coherencia al resto del escrito. Así que es bastante probable que todo me quede bastante artificial, forzado y soso.

Thomas Mann.
By Nobel Foundation [Public domain],
via Wikimedia Commons
Si alguien me preguntara si le aconsejo leer este libro o si me ha gustado le diría que sí, pero: se me ha hecho (bastante) largo, a ratos interesante, a ratos ligero, a ratos denso y a ratos (ratos bastante largos) muy pesado, por no decir un coñazo. Nada más terminarlo no sentí la pena que me suele dar, como la que se siente ante una despedida, cuando acabo un libro especialmente si me ha gustado mucho o si es muy largo y he pasado mucho tiempo leyéndolo. Me gusta más una vez tengo la idea total en la cabeza, han pasado unos pocos días y he podido pensar en él globalmente, así que tengo la sensación de que me ha gustado pero que no lo he disfrutado. ¿Se me entiende?

Y ahora es cuando viene la parte en que escribiré sobre el libro en sí y tendré que repasar y mutilar después.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Moby Dick

Desde pequeño me había resistido no sólo a leer Moby Dick sino a la historia en si. No leí la novela ni ví la película, ni siquiera llegué a abrir una adaptación para niños que me regalaron pese a que durante mi infancia y mi adolescencia leí y releí todos los libros que estaban en mi habitación. Excepto ese. Estaba convencido de que no me iba a gustar y que, aunque tarde o temprano habría que hacerlo, tenía que dejarlo para más adelante. Conocía el argumento, o eso pensaba yo, a grandes rasgos, ¿y quién no?, el relato de la caza de una ballena blanca. Una aventura en el mar a bordo de un barco. No, no me atraía, y no sé por qué motivo porque de hecho mi libro favorito es La isla del tesoro. Sabía el nombre del protagonista, o el que yo pensaba que sería el protagonista, el capitán Ahab, al que aún hoy sigo viendo con la cara de Gregory Peck, seguramente porque alguna vez ví el anuncio de la película en la televisión, y que había perdido su pierna en un anterior intento de dar caza a Moby Dick; sabía que el libro estaba narrado en primera persona por un marinero, Ismael: "Llamadme Ismael..." reza el conocido principio, no es tan universal como "En un lugar de la Mancha..." pero también forma parte de la cultura popular y de lo que yo sabía de este libro, tampoco sé cómo, probablemente una pregunta de Trivial. El nombre del barco, el Pequod, ¿cómo había llegado ese nombre a mi cabeza?, tengo que remitirme de nuevo al Trivial porque si no, no lo entiendo. Compré el libro hace pocos años, el momento se acerca, pensé, y hasta ahora ha estado dando tumbos en las diversas mudanzas por las que he pasado. Hasta que, decidido, lo cogí de la estantería y lo metí en la mochila.

martes, 16 de octubre de 2012

Lo Imposible, promoción y confusión

     En plenos impuestos no debería estar haciendo esto. Te detallo algunas impresiones de Lo Imposible.
     Lo primero es reiterar lo que me produce más urticaria: su éxito en taquilla nos recuerda el axioma de que muchísima gente ve Telecinco. Cuando fuimos el viernes a verla, iba con la mosca detrás de la oreja. Nos llamó M*** para decirnos que no había apenas entradas, que debíamos verla (íbamos seis) separados en tres grupos y bastante hacia adelante, y además que en las sesiones posteriores la sala estaba igual de repleta. Yo propuse posponer el plan, ir un día del espectador para rebajar el precio (y la compañía), pero nada; había que verla ese día sí o sí. El martillo de Telecinco ha hecho estupendamente su trabajo, al igual que con Tadeo Jones, record en salas de cine también.
   
     Todo esto que te digo uno encima lo critica con cierto cargo de conciencia. No sé si alegrarme de todos modos porque la gente vaya al cine, sea a lo que sea (Torrente), dado el estado crítico del cine español, subiéndome al carro de que el fin justifica los medios. Digamos que mi sensación es parecida a cuando se difundió la lectura masiva de El Código da Vinci. Que los borregos lean lo que sea, pero que al menos lean algo.

     Dicho esto, empecemos por algunos, pocos, puntos de vista sobre la película. 
     Juan Antonio Bayona, hasta la fecha, tiene sólo una película publicada. Eso no es malo, ni mucho menos. El problema aparece cuando tu ópera prima (El Orfanato), enfocada hacia el cine de terror psicológico, te deja tan marcado, digo yo, que utilizas música y efectos sonoros (incremento del volumen) en una película que nada tiene que ver con el cine de miedo. Esto desorienta mucho al espectador, escuchando unos sonidos de agitación que históricamente ha notado en otro tipo de películas, no sabe si está viendo Psicosis o un drama familiar.

     Lo Imposible, por otro lado, puede herir la sensibilidad del público. Telecinco emite una retahíla de diversos reportajes, como juntar Naomy Watts con la verdadera María (personaje real en el que se inspiró en su guión Bayona), pero en ningún momento habla del impacto emocional que puede provocar está película en alguien. Como en las diez o doce personas que salieron de la sala de cine donde la vi, o como el niño de 10 años que, sentado tras mi butaca, lloraba desangelado en el minuto 25 del film. Él no lo sabía, ni los consuelos de sus padres, pero aún les quedaba trámite que pasar. Películas de catástrofes hay a montones, pero no hay tantas en las que los primeros 50 minutos sea sufrimiento físico constante de los protagonistas (La pasión de Cristo, véase). De nuevo, confusión, si voy a ver un drama familiar, bien, pero si es Walking Dead, avísame.
     Finalmente, para no extenderme mucho más, hablaré sobre marionetas. Una película que abarca un drama familiar, como he comentado antes, que afronta una crisis brutal de separación, dolor físico, miedo y demás condiciones que un ser humano puede sentir en esas condiciones, no necesita tirar de tanta escena ñoña artificial. Bayona provoca, inventa constantemente situaciones que afecten la sensibilidad del espectador, tratándolo de mero títere de su espectáculo. El público no es un títere, no merece sufrir cincuenta y siete escenas complacientes para aflorar la lágrima fácil. Porque de ésta forma pierden su valor, el fondo, quedan metidas con calzador.
     Me quedo (algo bueno debía tener Lo Imposible) con el interesante Ewan Mc Gregor, acertadísimo como siempre, así como las imágenes que recrean la vivencia de María bajo el agua, mientras el Tsunami le sobrepasa. Muy impactantes. Y poco más de esta película mediocre, que sin el presupuesto, promoción televisiva y reparto de actores hubiera quedado relegada a ser un simple proyecto en algún cajón de un guionista español.

    lunes, 27 de agosto de 2012

    Los renglones torcidos de Dios



          A mediados de julio, como sabes, acabé Los renglones torcidos de Dios (¿mayúscula?), de Torcuato Luca de Tena. Te detallo unas pinceladas de mis sensaciones, ya que es de los pocos libros que he leído recientemente que tú aún no has tenido en tus manos. Algo inusual.
     

          Una detective (Alice Gould) que afirma investigar un crimen, se introduce en un psiquiátrico haciéndose pasar por una psicópata con el fin de solucionar tal enigma, y por los derroteros de la salud mental dejarán al lector, a medida que avanza la novela, con la duda de que es lo veraz dentro de la mente de la protagonista. Este es el argumento a groso modo, para más info Wikipedia al rescate.

     
          Podría parecer un argumento algo trillado (¿y cuál no lo está a estas alturas?), principalmente por dos películas hollywoodienses que encarnan una trama bastante similar: Alguien voló sobre el nido del cuco y Shutter Island; mas si bien pueden parecerse si explicamos la historia en pocas líneas, poco tienen que ver en su forma.

     
          Los renglones torcidos de Dios es una novela en dirección clara hacia las miserias del ser, desde una perspectiva humanista. Lo elogiable en sí de la narración es su capacidad para hacernos compadecer o sentir admiración por los enfermos del centro sanitario, siendo partícipes de cuantiosos cuadros clínicos de la psico humana, de su débil rectitud. En este sentido, poco importan otros aspectos; el objeto de si el crimen se resuelve o no queda relegado a un segundo plano desde el comienzo de la misma.

     
          Como antagonista de Alice aparece el director del centro, señalado como un progresista por sus colegas por sus nuevos métodos hacia los pacientes. No quiero destriparte nada, y lo haré si continuo. Sólo indicar que denota cierta vinculación idealista del escritor hacia lo conservador, en ocasiones demasiado evidente.

     
          Lo que podemos recoger de esta novela son los personajes, los enfermos en sí, de los que se impregna la protagonista como un pincel bañado en diferentes colores. Será lo que, en mi opinión, permanezca en nuestros pensamientos cuando alguien nos la recuerde en unos años. Unos personajes, con singulares guiños quijotescos, que no son más de una sociedad que el reflejo de la faltas de ortografía del creador, aquellos renglones torcidos de Dios.

    martes, 21 de agosto de 2012

    La interacción entre estereotipos faciales

          Siempre he pensado que estamos condicionados. No lo achaques a mi reciente lectura de Un mundo feliz, de Adolf Huxley (para aquellas, pocas, mínimas personas que lean nuestro joven blog, es una novela que recrea una sociedad distópica, en la que se adoctrina a los seres humanos desde edad temprana para que posean, aunque estéril y vacía, una felicidad continúa). Tampoco me refiero a un condicionamiento publicitario, televisivo, ético o conspirativo de alguna organización encubierta. Es puro reconocimiento cerebral, ese que realizamos cada vez que vemos por primera vez el rostro de una persona.
     
          Cuando era un adolescente y aún estudiaba en el instituto, se me ocurrió la idea de que nuestro comportamiento ante el prójimo está sugestionado por la primera impresión y por el encuadre que de su cara y gestos hacemos. Lo sigo pensando.
     
          Dicen que las mujeres deciden subconscientemente (algunas muy conscientemente) al conocer a un hombre, en los primeros 10 minutos, si va a ser alguien importante o no en su vida. Si se va a acostar con él o si por el contrario simplemente va a pasar al ranking de amigos. Menuda presión.

          Puede que ande por ahí la cosa. Puede que solamente haya varios estereotipos de caras; dependiendo de cómo te haya ido anteriormente con estos sujetos, tu interacción sea de una forma u otra. Quizá un sujeto estereotipo D siempre actúe de la misma forma cuando conoce a un sujeto estereotipo H. Yo soy yo y mi circunstancia, decía Ortega y Gasset.

    lunes, 9 de julio de 2012

    El pitillo

    - ¿Va a salir ya o me da tiempo a fumar?
    - Un mi...
    - Es que lo llevo adelantado...-interrumpe mientras mira el reloj nerviosa y alarga el brazo hacia el chófer.
    - Un minuto le queda.
    Sin esperar más levanta el brazo izquierdo, bajo el que lleva un bolso ovalado de asas cortas, y tras abrir la cremallera rebusca en su interior durante un segundo para sacar un paquete de Chester y un mechero. Se pone un cigarro en la boca, lo enciende y aspira fuerte para dar una calada larga, la cabeza al cielo y los ojos cerrados. Se traga el humo y abre los ojos. La segunda calada es igual de larga pero ya no busca la sensación de la primera. Da una tercera mientras saca la cartera del bolso, satisfecho el deseo, aplacado el duende del vicio, templados los nervios, sólo quiere aprovechar al máximo el pitillo una vez encendido pero por un motivo menos hedonista y más económico. Con la cartera en una mano coge el cigarrillo con la otra, lo tira al suelo y lo aplasta con la punta del zapato.

    domingo, 3 de junio de 2012

    Luis Aragonés, el artífice de una historia

    He pensado que debía tener su propio post la entrevista que ofreció Luis Aragonés a AS hace unos días, con motivo del cuarto aniversario de la Euro 2008, que conquistó felizmente nuestra selección de una manera que, desde la perspectiva del tiempo, podemos decir que cambió el panorama mundial futbolístico.

    A cualquier aficionado le emocionará conocer los pensamientos de este seleccionador tan querido como odiado, descubrir un poco más como surgió un estilo, en la unión de pequeños jugones, que tantos éxitos han dado al país.

    Y cómo no, verdades que algunos pasan por alto, que la selección que disputó el torneo y que fue arrollando a sus rivales a través de un inédito tiqui taca únicamente llevaba a tres futbolistas del Barcelona, así pues en este caso no hay galimatías entre quien fue primero, si el huevo o la gallina.

    Disfrútala.

    http://futbol.as.com/futbol/2012/06/01/eurocopa/1338509342_544072.html



    La crisis por Sampedro

    Venía yo leyendo, tranquilo, tumbado en el sofá casi somnoliento, algunas páginas de un libro, cuando ha aparecido algo en la pantalla de televisión que por fin ha conseguido despertarme, en este domingo de resaca.

    No me cabe la menor duda de que conoce el programa "Salvados", presentado por el conocido follonero, ese personaje, a priori espontáneo, que sobresalía entre el público de Buenafuente hace años ya, protagonizando sketchs que dejaban entrever las cualidades de un guionista tapado del exitoso programa del humorista catalán.

    En una redifusión que acaban de poner en La Sexta, parece que el programa se emitió por primera vez en febrero de este año (qué hubiera dicho el entrevistado a día de hoy, con todo lo que está pasando), Jordi Evole alias el follonero realiza una pequeña entrevista, orientada hacia cuestiones políticas y económicas, a Jose Luis Sampedro, que a sus 95 años sigue demostrando una lucidez que ya quisiéramos muchos tener en algún momento de nuestra vida.

    No quiero contar mucho más, lo interesante reside en el vídeo a continuación. Uno no puede evitar preguntarse, tras verlo, por qué nos gobiernan personas con intereses individualistas en lugar de personas que destilan semejante sapiencia. Es sólo él, su discurso, lo que ha conseguido despertarme, en este domingo de resaca.




    viernes, 1 de junio de 2012

    Un jueves cualquiera

    - Pues eso. Que ayer fuimos (Mxxx, Dxxx, otra pareja, Nxxxx, Axxxxx y yo) a un sitio nuevo cerca del Chop, en una paralela al Temperley y que conecta con la plaza de detrás de Correos. Es la calle entre la del Temperley y la del Panda. Se llama El Rincón de Linares y ponen con cada cerveza (en vasos de barro, muy rica) una tapa a elegir, bocadillos de chorizo, morcilla, huevos de codorniz con jamón, queso, pulpo, ensaladilla rusa,... En plan granaíno. Yo me bebí 4 cervezas y 4 tapas, ademas pedimos más cosas, y nos salió a 6 por cabeza. Ojalá estuvieras aquí, me hace falta un compañero de tapas, de esas que se echan a las 6 o a las 7 de la tarde. Luego fuimos al Box a echar una copa, y como ya te he dicho antes nos piramos justo cuando yo me estaba poniendo a tono, a eso de las 2 y pico. Esa fue mi noche de anoche. Y la tuya, granuja?

    - Bueno, confío en ti y sé que no me decepcionarías asi que sé que tú no pediste ninguna tapa que estuviera en la carta, sino que las modificaste a tu gusto, como buen cocinero que eres: oye! esta tapa quedaría mejor sin mayonesa, a ésta quítale la lechuga que está más buena, y el serranito, lo has probado sin pimiento? y el camarero tomando nota, pues tienes razón, oye, no te interesaría trabajar aquí de chef y nos cambias la carta entera? no.. bueno, es que en realidad pienso poner yo mi propio bar en Minnesota con un colega... cual es el "Box"?
    Pues nosotros salimos de currar y nos tomamos dos pintas en Gibraltar y despues nos fuimos pa Espain, y seguimos bebiendo cerveza y comiendo tapas en un "argentino". A eso de las once o así acabamos de cenar y estábamos decidiendo qué hacer, el ultimo autobús salia a las once y cuarto así que yo anuncie que si nos íbamos a tomar sólo una cerveza o una copa más me piraba, que si me quedaba era para fiesta, pero de verdad. Dijeron que sí y justo cuando empezamos a andar me llamó Vane y me dijo que le gustaría que me fuera para casa, pero claro, ya que les había dicho yo a estos de seguir de fiesta me llama mi novia y les digo que me piro y me ponen como un trapo, de calzonazos para arriba, así que le dije a vane que me quedaba en La Línea. Si me hubiera llamao cinco minutos antes me hubiera pirado. En fin, pues nos hartamos de cubatas y de chupitos en un bar nuevo al lado del Soviet, muy buen pub, con musica buena, buena, buena, buena, felicitamos al dueño y todo, pero vamos, que o se cambian al reggeaton o ya mismo cierran. Y no sé a qué hora nos acostamos, el chaval con el que dormia lo tuvimos que llevar a cuestas a su casa y esta mañana se ha liado a vomitar en el baño antes de irnos a currar. Yo he dormido medio vestido, pero él, vestido del todo. Nos hemos duchado y hemos salido de su piso a las diez y pico y a medio camino se ha tenido que volver porque se le habia olvidado el DNI encima de la mesa. Y aquí estoy, que he llegado a las once, todavia no he empezado a currar y tengo un desarrollo a medias y está claro que hoy no lo termino, en cuanto se vayan los jefes esta tarde tiro yo detrás de ellos para casa.

    - Jajaja pues para que veas que me estoy haciendo un hombre, no modifiqué nada de las tapas. Vaya vida de soltero que llevas, tus jueves son muy duros ¿eh?

    - Pero llevaba muchos meses ya sin un jueves así, que conste.

    sábado, 19 de mayo de 2012

    Multinacionales, patriotismo a la medida

    - Léete mi correo anterior, el del patriotismo de las multinacionales. Muy interesante.

    - Buenísimo el articulo, explica todo muy muy muy bien pero con una brevedad que hace que su comprensión sea muy clara. Increíble decir tanto con tan poco. Cuando tenga un rato laaaargo, te resumire mis impresiones, resumen que puede ser más extenso que el propio artículo.

    Multinacionales, patriotismo a la medida

    El ocho y las novelas históricas eclesiásticas

    - Tras una serie larga de lectura de libros que me han gustado, me he topado con un tocho que pese a sus 900 paginas probablemente me acabe entreteniendo y me lo lea rapido pero que no puedo calificar mas que de mojon. Lo tenia en casa desde hace bastante tiempo porque me lo habia regalado mi hermana y desde el momento en que lo vi le puse la cruz, sabia que era un mojon de esos de los que sacan en navidad y ponen a 23.95 euros a la entrada de los centros comerciales y se convieren en exito de ventas y en la portada del libro aparece la inscripción "la ultima novela del autor de elmojonanteriorqueescribioeltioperoquetambiensehartodevender".

    El libro se llama El Ocho y es del estilo del Codigo da Vinci y todas esas porquerias que se pusieron de moda hace unos años. por supuesto mezcla hechos del pasado con hechos actuales, la iglesia está por medio, hay un objeto antiguo que buscar (un ajedrez), la busqueda lleva a los protagonistas a varias ciudades del mundo, a la protagonista le lee el futuro una pitonisa que le cuenta un galimatías ininteligible pero que luego irá cuadrando palabra por palabra con el misterio que hay que resolver, etc.

    Yo ya sospechaba que iba a ser así y en las 100 primeras páginas mis sospechas se han confirmado. he estado a punto de no empezarlo, de hecho durante un día viajó en mi mochila pero preferí ver el paisaje a través de la ventana del autobús a comenzar la lectura, pero finalmente me he obligado, he borrado de mi mente el pensamiento de que este libro me hará perder unas dos semanas en las que podría leer algo de provecho, incluso he borrado la tentación de dejarlo olvidado en el asiento del bus para que lo encuentre alguien que lo pueda disfrutar más que yo, pero bueno, al fin y al cabo me lo regaló mi hermana con la mejor de las intenciones y más de una vez me ha preguntado si me lo he leído. Por suerte tenemos mucha confianza y sé que no se enfadará cuando le diga que era un mojoncillo de libro y por suerte no me regaló la edición navideña sino la edición de bolsillo, unos 5 euros, supongo.


    ... Una hora después ...


    - Jajajajajjaja. Yo me lo leí con 17 o 18 años, cuando devoraba libros de novela histórica eclesiásticos tipo thriller. Acabe tan cansado de lo mismo que me prometí no volver a coger ninguno en muuuuuuuchos años, y aún sigo.

    Hace un par de años la misma autora sacó la continuación, se llama "el fuego" o algo así. Se ve que le gustan los títulos escuetos.

    De todas las novelas similares que leí, la que más me gustó fue "el último catón", de Matilde Asensi. Aprende uno mucho de "la divina comedia" en ese libro.

    Caín y José

    File:JSJoseSaramago.jpg
    Imagen tomada de Wikimedia Commons
    http://commons.wikimedia.org/wiki/File%3AJSJoseSaramago.jpg
    [CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)
    Hace algunos años que admiro a José Saramago, no muchos, la verdad, o no tantos como me gustaría. Dicho sea de paso y en mi defensa, hasta hace poco tiempo, aunque ahora parezca que siempre haya sido así, no teníamos las facilidades que tenemos ahora para acceder a libros, autores, biografías, etc. Leíamos y conocíamos lo que teníamos delante, lo que nos dictaban en el colegio, lo que encontrábamos por casa, algunas veces lo que nos prestaba algún amigo o lo que por casualidad escogíamos en la biblioteca. Ya en el colmo de la modernidad de los "mass media" de ese tiempo podía darse el caso de que hablaran de un libro o de un escritor en el Telediario o en Informe Semanal y a tí te picara la curiosidad y salieras corriendo a la biblioteca del barrio a buscarlo, pero, ¡oh, amigo! ¡que tú no eres el único que ha visto hoy el Telediario! Así que escogías otro libro y otro autor al azar o volvías a mirar a ver si estaba disponible alguno de los libros que quieres leer pero nunca están o te ibas a tu casa y ya leerías otra cosa que te encontraras por allí. Al cabo de los días ya habías olvidado el objeto de tu búsqueda y lo habías sustituido por otro, y todo volvía a empezar.

    Bueno, que me desvío. El primer libro de Saramago que leí fue "El Evangelio según Jesucristo", hace bastante ya de esto, durante mi adolescencia, y lo leí simplemente porque lo encontré en la estantería de mi casa y en ese tiempo leía todo lo que pillaba, casi como en todas las etapas de mi vida, vaya. Aún no conocía a Saramago, no lo busqué. La encuadernación del libro, si no me falla la memoria y no se mezclan las imágenes con otras que hayan poblado las estanterías de la casa de mis padres, era amarilla y bajo el título estaba dibujado el Hombre de Vitrubio. No puedo decir que su lectura me impactara o que significara un antes y un después en mi vida o en mi manera de ver o sentir la religión, ni siquiera puedo decir que fuera el principio de mi admiración por su autor. No. Y esto es así porque sinceramente apenas me acuerdo de qué iba. ¡Claro!, iba de Jesucristo, contaba su vida desde otro punto de vista, humanizándolo, como si fuera la historia de un hombre y no de un Hombre. Su madre no era virgen, él tampoco murió sin probar la carne, cometió algún que otro pecado propio del común de los mortales,... pero realmente no recuerdo el argumento. Si Saramago lo describe como un falso profeta o como un loco o como un revolucionario. Así que este Evangelio no logró "convertirme".

    Luego le dieron el Nobel, en 1998, y como es normal en estos casos, su popularidad subió como la espuma y a mí ya empezaron a rondarme en la cabeza títulos como "Ensayo sobre la ceguera" o "Todos los nombres". Me llamaban muchísimo la atención. Qué títulos tan curiosos. Y Saramago empezó a salir en la tele de vez en cuando. Y a mi me iban pareciendo interesantes las cosas que decía este hombre y cómo las decía. Pero tenía tanto que estudiar y tanto por leer en esa época que a la hora de elegir en la biblioteca siempre me decantaba por otros. "El guardián entre el centeno", "American psycho", "El señor de las moscas",... Miguel Delibes, Antonio Muñoz Molina, Eduardo Mendoza,... Hasta que bastantes años después, en 2007, la Junta de Andalucía le concedió el título de Hijo Predilecto, y ahí estaba yo, el Día de Andalucía viendo en Canal Sur la gala de entrega de las Medallas de Andalucía cuando sale este hombre, con 85 años, y se inventa sobre la marcha un discurso de 20 minutos en una lengua que no es la suya. Habla de Andalucía, de los otros galardonados, de los problemas de Europa (aún no había estallado la crisis), de su mujer, de su familia política, se le cae la medalla al suelo y suelta un chascarrillo...

    ¡Ya está bien! Tengo que leer algo suyo cuanto antes. Y así es como fui corriendo como un loco a por "Las intermitencias de la muerte". Y no me decepcionó. Después vineron "Todos los nombres", "Ensayo sobre la lucidez",... Y me encantaron todos. Lo que más me fascina no son las historias que cuenta, que también, sino cómo las cuenta. Mientras estás leyendo sientes algo especial, percibes que la persona que ha escrito esas palabras debe de ser muy inteligente, un genio. Es como cuando deducen el enorme coeficiente intelectual de Goethe o Kant o Newton o Gauss a partir del análisis de sus obras. Con Saramago se podría hacer lo mismo y estoy seguro que el resultado estaría a la altura del de los anteriores. Con pocos, muy pocos autores, o ninguno, he tenido una sensación similar. Cada libro es una historia, la muerte deja de matar, un funcionario aburrido busca a una mujer, en un país todos se quedan ciegos, la Península Ibérica se separa de Europa,... lo que sea, historias más o menos sencillas, tampoco es para tanto, pero la historia no es más que una excusa para transmitirte o llevarte hacia un pensamiento, o a una forma de ver las cosas, o mejor aún, para hacerte pensar a tí. Y las palabras que emplea, su prosa, su estilo, son el vehículo que transporta esas ideas hacia tu mente. Porque la misma historia contada por otro cualquiera o de otra manera sería mucho más simple, la muerte deja de matar, un funcionario aburrido busca una mujer, en un país todos se quedan ciegos, la Península Ibérica se separa de Europa,... y nada más. Así que leer a José Saramago implica una doble dimensión de la lectura, no sólo estás leyendo sino que al mismo tiempo tu cerebro, en un proceso paralelo, está reflexionando, creando nuevas ideas, recolocando los muebles, aprendiendo desde dentro, porque la lección o la doctrina no está en el libro, en el libro está la semilla necesaria para que ese conocimiento surja de tu interior. A la manera en que Sócrates enseñaba a sus discípulos, Saramago no trata de adoctrinar, sino de hacer pensar. Sus libros son clases de filosofía. Como consecuencia de esta doble actividad cerebral a veces aparece el agotamiento. Reconozco que hay páginas y pasajes que, por densos, por la desenfrenada actividad de mis neuronas, me agotan, se me hacen pesados y tengo que parar al menos un rato. Como cuando estás estudiando. Especialmente cuando se acumulan las paginas sin que aparezcan el fino humor o la ironía con las que a menudo parece que trata de quitar hierro al asunto tratado. O de dar un respiro al lector. Pero el "esfuerzo" merece la pena, hay una doble recompensa, el placer de la lectura es la primera e inmediata y es el camino hacia la segunda y más importante, conocer un poco más de ti mismo y del mundo que te rodea.

    Yo pretendía hablar sobre "Caín", el último libro de José Saramago y el último que me he leido, pero creo que me he pasado con la "introducción" así que lo dejaré para otro día. Mientras ese día llega, no dejo de recomendar su lectura porque "Qué diablo de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín".


    viernes, 18 de mayo de 2012

    El hombre y la Renta

    - Ya tengo la propuesta, necesito que me la firmes y explicártelo en persona. El cambio medio anual es 0.87.
    - OK. Gracias. Supongo que la propuesta es similar al resultado de la declaración.
    - ¡Hijos de puta!, menudo susto me he llevado, te sale a pagar 4000€ en vez de a devolver 1300€.
    - ¿Que me sale a pagar 4000? Pues los va pagar quien yo me sé. Porque yo no voy a pagar. Eso lo tengo claro, mi dinero ya ha tributado, no voy a pagar dos veces.

    15 largos minutos más tarde.

    - Ahora te explico.
    - OK.
    - No te asustes.
    - No, no, no me asusto. Sólo me estoy preparando para la guerra. Creo que ya se quién va a ser el primero que le va a meter dos tiros a algún político. Por cierto que supongo que será porque no me había fijado antes pero ya estoy viendo posts y comentarios de gente incitando a la violencia y a matar a los sinvergüenzas que se lo merecen.
    - Illo que he estado mirándolo con el jefe de Renta. Luego te explico, no vas a pagar 4000€.
    - Pero es que no lo pagaría aunque lo dijera el ministro de Hacienda.
    - Illo si lo sé te digo la solución y te ahorro el mal rato. Tus retenciones del extranjero van en otra casilla, la propuesta que te han hecho es sin incluirlas, y te dicen que puedes meterlas tú. Total que contestamos que no estás de acuerdo con la propuesta, que faltan las retenciones, me firmas esto y ya está. Y lo mejor de todo es que para este año ya sabemos perfectamente cómo va, o el año que viene hablo con el jefe de Renta otra vez y le digo que qué coño pasa.
    - Así va el país, la de papelo que hay que hacer para cualquier cosa y el tiempo que se pierde. Coño si para una puta declaración hay que liar lo que hay que liar y tiene que pasar 30 instancias y 30 funcionarios... Luego quieren que seamos productivos. ¡Qué asco de país!
    - "https://www2.agenciatributaria.gob.es/L/inwinvoc/es.aeat.dit.adu.eeca.catalogo.VisualizaSc?COMPLETA=NO&ORIGEN=J". Métete en ese link. Te lo envío al correo mejor para que puedas imprimirlo desde el PC. Avísame cuando estés en el PC.
    - Me pide un código.
    - Ahora te lo digo, estoy meando... 24*************F4. Hazlo desde el PC para poder imprimirlo. ¿Te aparece?
    - Sí. Ya me lo he leído.
    - Hay que leer las motivaciones. El domingo cuando volváis tenéis que parar en Fuengirola. Para mi fortuna. Nos vemos, me lo firmas y ya lo relleno yo. Si quieres, cabe la opción de que lo rellene y le eche un garabato yo mismo. Pero me gusta más la de que os paréis en Fuengirola.
    - Pero entonces ahora qué hay que hacer, ¿presentar algo demostrando que es aplicable lo de la doble imposición internacional? Supongo que necesito algún papel de aquí que lo demuestre. Si lo sé se abre una cuenta vivienda quién yo sé. Mira que yo no quería y me la abrí para que Vane no me diera más la chapa. ¡Qué coñazo!
    - Lo de la cuenta vivienda no tiene nada que ver. Illo que ya no falta nada, no hay que justificar nada. Te dicen que puedes solicitar la doble imposición.
    - Yo creo que sí, sin la cuenta vivienda la declaración salía a 0 y me hubieran dejado tranquilo como a otros compañeros.
    - Pues ya está, en la propuesta ponemos que no estás de acuerdo y que solicitas la doble imposición.
    - Vale.
    - Y en breve sale, una vez están las propuestas y se atienden ya en semanas está listo . No es de la cuenta vivienda.
    - Ahí está lo que no entiendo, si tienen los papeles que demuestran que cobro en el extranjero y que cotizo en el extranjero... ¡coño, aplicad la doble imposición y dejaros de rollos!
    - La cuenta vivienda no tiene nada que ver. La cuenta vivienda, de hecho, les aparece a ellos en el borrador.
    - Jamás entenderé las vueltas que le dan a todo los abogados y los economistas. ¡Qué pérdida de tiempo cojones!
    - Lo que les descuadraba es que ellos tenían unos ingresos, los de España, y tú habías metido más.
    - ¿Para cuando un mundo gobernado por científicos?
    - Por eso te pidieron la documentación, para ver de dónde salían las diferencias. Una vez confirmadas las diferencias y que resides en España te dicen "vale, lo has hecho bien, salvo que las retenciones no iban en esa casilla sino en la de doble imposición".
    - Ojú, ojú, que rollo.
    - Esto en persona se entiende fácil. Te dejo que voy a comer.
    - Seguro que en la declaración de Emilio Botín no son tan quisquillosos.
    - Este año va a ser más rápido.
    - Venga, muchas gracias por todo.
    - ¡¡Anda!!


    viernes, 11 de mayo de 2012

    La librería de El Corte Inglés, el Kindle, Asimov, Hemingway, Follett...

    - Porquería de librería que tiene El Corte Inglés. Ya no vengo más. No tienen nunca de nada.
    - Carilla, ¿no?
    - Que no tienen de nada. Se supone que El Corte Inglés tiene de todo. De Asimov tienen un libro. De historia.
    - Pero puedes pedirlos. De todas formas siendo socio de la Fnac paso de comprar libros en otro lado.
    - Pero es que ya no voy apenas.
    - Pues pide por correo, con el descuento te pagas los gastos de envío que son 1 euro pidas un libro o pidas cien. Para serte sincero yo no pido por correo porque para mí es un trauma cada vez que me tienen que traer un paquete a casa porque nunca estamos y hay que estar peleando con los mensajeros para que te los traigan a la hora que tu quieres. Pero tú no tendrías problema en eso. Estoy frito por comprarme unos libros y estoy esperando ir a La Cañada.
    - Sí, es una buenísima opción. Pero pierdo el ritual de ir a la librería y escoger un libro. Y eso me hace pensar en el ebook, y que aunque lo tuviera, seguiría comprando libros.
    - Ya, yo hay algunos libros que no quiero comprar sin ver antes la encuadernación o el papel, pero otros me da igual o sé como son de antemano. Yo si tuviera un Kindle seguiría comprando libros, una cosa no quita la otra.
    - Me imagino con un aparato como el Kindle, con todos los libros que quiero dentro, miles, y no me pongo cachondo. Al final no leería ninguno. Pero claro, su precio tan competitivo no excluye seguir comprando.
    - El ebook es o sería un complemento de lectura, pero no el sustituto total. Yo creo que al tener un Kindle no se debe caer en el error en el que se cae muchas veces al piratear una consola o bajar pelis: bajas todo lo que pillas y luego no juegas realmente a ningun juego, no le pones ganas, no te esfuerzas en pasarte una fase enquistada porque sabes que hay otros juegos esperando. Habría que ir bajando los libros conforme los vas leyendo.
    - Sí, sí. Lo malo es que uno siempre tiene 5 o 6 libros para leer en breve. Pero es cierto, el Kindle, por su precio, el barato claro, hace que no te dé remordimiento de conciencia si sigues comprando libros. Y es fácilmente amortizable en poco tiempo, 50€ lo son. Viajes, playa,...
    - Amortizable es incluso el 3G. Cada vez que vayas a la playa puedes leer el periódico sin tener que comprártelo, jajaja. No sólo de libros vive el lector. Y teniendo voluntad para mantener en el Kindle no más de 5 libros sin leer a la vez solucionas lo de abarcar mucho y apretar poco. Voy a comer, hablamos luego.
    - Pero el periódico lo leo mejor en el iPhone, jaja. Yo también voy a comer, luego me cuentas si has leído "Por quién doblan las campanas".

    1 hora más tarde...

    - Sí lo he leído. Guapísimo. La historia que cuenta y como la cuenta. Encima aprendes sobre la guerra civil, las brigadas internacionales, los guerrilleros, las limpiezas que se hacían en los pueblos conquistados por uno y otro bando, lo salvaje que podemos llegar a ser en una guerra,... la desorganización que había en las filas republicanas,... en fin, que está muy bien y que te lo recomiendo.

    4 horas más...

    - Estaba pensando en leérmelo antes de empezar con la Saga de los Robots.
    - Es gordillo pero se lee rápido. 619 páginas, que lo tengo aquí delante.
    - Jajaja. ¿Lo has leído hace poco? Ri me recomendó muchísimo "La caída de los gigantes", de Follett. El primero de una trilogía de guerras que va a escribir.
    - ¿Por? Lo he leído también.
    - Pero son 900 páginas, y yo lo que en realidad me quiero leer es a Asimov, jaja. Joder Rafael.
    - Me lo regalaron mis hermanos para los Reyes del año pasado, gordísimo pero muy fácil de leer, entretenido, no es una obra de arte, está pensado para que se convierta en un best seller. Lo cual no quiere decir que no me gustara. De hecho me compraré las otras dos partes cuando salgan.
    - Lo que quiere decir es que te comes los libros a pares. Bien. A Ri le gustó muchísimo.
    - Pero ya te digo que no está llamado a convertirse en un clásico de la literatura. Eso sí, también aprendes algo de Historia. Se ve que los libros de texto del instituto no nos enseñaron mucho.
    - Pues uno de los dos quizá lo lea antes de empezar con la Saga de los Robots. Seguro.
    - Hemingway imprescindible.
    - OK.
    - El otro puedes morirte tranquilamente sin habértelo leído.
    - No lo tenían hoy tampoco en El Corte Inglés.
    - Jajaja.
    - Tenían su relato más famoso, "El viejo y el mar". Lo único de Hemingway. No soporto El Corte Inglés. Creo que desde tu guitarra.
    - Pero ese te dura un asalto. Jajaja.
    - Sí, las letras fuente 24.
    - Jajaja.

    miércoles, 9 de mayo de 2012

    Canciones que quedan


    No te voy a contar nada nuevo que no sepas. La música tiene ese poder que vamos descubriendo a medida que nos hacemos más pesados, cuando somos capaces de verificar que el tiempo avanza sin que podamos controlar cómo y cuánto queremos que corra, cuando sentimos que una combinación de sonidos es capaz de arrastrar nuestra mente a cualquier rincón del pasado. Confío en no ser la primera persona que rehuye en ocasiones a escuchar una u otra canción, por pavor a sentir, por incertidumbre ante lo que nuestro estado anímico pueda desembocar.

    Ahora, a escasos días de haber realizado un viaje más táctil que visual, puestos a elegir algún sentido que refleje el cariño que he tenido la suerte de recibir en estas vacaciones atípicas, tan llenas de tanto, pienso en la música que me traigo y la que dejo, en las canciones y discos que en unos meses, años o décadas, me harán sentir y estar, cierre o no los ojos, de nuevo en Argentina, en aquel otoño de veinticuatro grados coloridos, de montañas, cataratas y cumbia, matambre, bomba de tiempo, de colectivos, Verdi, y de mucho reencuentro.

    En este primer post, de cuyo blog tengo el honor de estrenar, no me cabe la vivencia de estos diecisiete (o ciento diecisiete) días de abril y mayo, así que voy a contarte algunas de las canciones que elegí para la aventura en solitario, así como varias canciones de artistas como Soda Stereo, Beirut, Gilda o Calamaro, entre otros, que me han enseñado allí, desconocidos para mí completamente o de oídas, y que sin lugar a dudas estarán conmigo, quiera o no, hasta siempre.



    Música que escuchaba mientras grababa en mi retina y oídos la Patagonia e Iguazú:



    El disco entero en realidad. Sí, había que andar, en el glaciar casi hacer step, y qué mejor que ésta canción.



    Me encantan The Smiths, hay quien dice que son los padres del indie británico. Lo que si es cierto es que canciones como Panic recuerdan una barbaridad a Oasis, e incluso el propio Noel Gallagher ha versionado la canción de arriba. Incluída también en la BSO de la (no) comedia romántica "500 días juntos", es una de mis preferidas, junto a This Charming Man y Please Please Please Let Me Get What I Want.



    Junto a Norah Jones, ésta más para el avión, ha sido mi compañera para los momentos tranquilos. De Russian Red espero eso, suavidad.




    Ninguna otra canción podrá ser más icónica de éstas vacaciones que Canción de vuelta. A lo largo del año pasado, me veía a mí mismo volviendo de Argentina, escuchando ésta canción, y diciéndome, ¡cuánta verdad hay en la letra en mi situación!





    Música que he descubierto rodeado de porteños, en la ciudad de Buenos Aires:






    Según varias listas de foros, una de las mejores canciones de la historia del rock latinoamericano. Soda ha sido para mi un gran descubrimiento.






    Música de boliche, así es.






    Una artista mítica, presente en todos los boliches, como tantas cumbias que no paran de sonar en cualquier noche porteña.




    Calamaro es Plaza Francia y es Argentina.



    Mucho Fito hay allí, más aún que Andrés.





    Variación estupenda de una canción inicialmente de protesta. Mucha razón hay en la letra, con una buena organización todo puede salir bien. Espectacular.




    "La rubia, tarada, bronceada, aburrida, me dice: ¿por qué te pelaste? y yo: por el asco que da, tu sociedad, ¿por el pelo de hoy, cuánto gastaste?". Italiano de nacimiento, se refugió en Argentina para abandonar el mundo de las drogas. De él salió semejante canción.

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