No te voy a contar nada nuevo que no sepas. La música tiene ese poder que vamos descubriendo a medida que nos hacemos más pesados, cuando somos capaces de verificar que el tiempo avanza sin que podamos controlar cómo y cuánto queremos que corra, cuando sentimos que una combinación de sonidos es capaz de arrastrar nuestra mente a cualquier rincón del pasado. Confío en no ser la primera persona que rehuye en ocasiones a escuchar una u otra canción, por pavor a sentir, por incertidumbre ante lo que nuestro estado anímico pueda desembocar.
Ahora, a escasos días de haber realizado un viaje más táctil que visual, puestos a elegir algún sentido que refleje el cariño que he tenido la suerte de recibir en estas vacaciones atípicas, tan llenas de tanto, pienso en la música que me traigo y la que dejo, en las canciones y discos que en unos meses, años o décadas, me harán sentir y estar, cierre o no los ojos, de nuevo en Argentina, en aquel otoño de veinticuatro grados coloridos, de montañas, cataratas y cumbia, matambre, bomba de tiempo, de colectivos, Verdi, y de mucho reencuentro.
En este primer post, de cuyo blog tengo el honor de estrenar, no me cabe la vivencia de estos diecisiete (o ciento diecisiete) días de abril y mayo, así que voy a contarte algunas de las canciones que elegí para la aventura en solitario, así como varias canciones de artistas como Soda Stereo, Beirut, Gilda o Calamaro, entre otros, que me han enseñado allí, desconocidos para mí completamente o de oídas, y que sin lugar a dudas estarán conmigo, quiera o no, hasta siempre.
Música que escuchaba mientras grababa en mi retina y oídos la Patagonia e Iguazú:
El disco entero en realidad. Sí, había que andar, en el glaciar casi hacer step, y qué mejor que ésta canción.
Me encantan The Smiths, hay quien dice que son los padres del indie británico. Lo que si es cierto es que canciones como Panic recuerdan una barbaridad a Oasis, e incluso el propio Noel Gallagher ha versionado la canción de arriba. Incluída también en la BSO de la (no) comedia romántica "500 días juntos", es una de mis preferidas, junto a This Charming Man y Please Please Please Let Me Get What I Want.
Junto a Norah Jones, ésta más para el avión, ha sido mi compañera para los momentos tranquilos. De Russian Red espero eso, suavidad.
Ninguna otra canción podrá ser más icónica de éstas vacaciones que Canción de vuelta. A lo largo del año pasado, me veía a mí mismo volviendo de Argentina, escuchando ésta canción, y diciéndome, ¡cuánta verdad hay en la letra en mi situación!
Música que he descubierto rodeado de porteños, en la ciudad de Buenos Aires:
Según varias listas de foros, una de las mejores canciones de la historia del rock latinoamericano. Soda ha sido para mi un gran descubrimiento.
Música de boliche, así es.
Una artista mítica, presente en todos los boliches, como tantas cumbias que no paran de sonar en cualquier noche porteña.
Calamaro es Plaza Francia y es Argentina.
Mucho Fito hay allí, más aún que Andrés.
Variación estupenda de una canción inicialmente de protesta. Mucha razón hay en la letra, con una buena organización todo puede salir bien. Espectacular.
"La rubia, tarada, bronceada, aburrida, me dice: ¿por qué te pelaste? y yo: por el asco que da, tu sociedad, ¿por el pelo de hoy, cuánto gastaste?". Italiano de nacimiento, se refugió en Argentina para abandonar el mundo de las drogas. De él salió semejante canción.
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Mi impresión, por canciones, intentaré ser breve:
ResponderEliminar1. David Guetta feat. Jennifer Hudson: confieso que no la he terminado de oír. He tenido que cortarla antes, no me gusta mucho este tipo de música y menos en unos auriculares, aunque respeto a quien le guste.
2. The Smiths. Estos sí que me gustan y esta canción es de las más conocidas. No sólo versionada por Noel Gallagher, también tenemos una versión española, de Duncan Dhu.
3. Russian Red. Está bien para relajarse, me gusta.
4. Vetusta Morla. Jajaja, eres un poeta y ya habías soñado hasta con la banda sonora del viaje.
5. Soda Stereo. Me gusta la canción. Espero que hayas saltado y te hayas empujado con otros escuchándola. Lo merece.
6. Tutu. Uf!, qué decir. Quizá la primera y última canción de este tipo que oigo voluntariamente. Que sepas que lo he hecho por ti. Madre mía! El Retutu! Acabó! Por fin...
7. Gilda. Vaya tela con los boliches... Otro esfuerzo en tu honor.
8. Calamaro. Qué decir, me encanta. Seguro que has sentido algo especial oyendo a Calamaro allí, en su país. Hay que hacerlo, es como hacerse una foto delante de cualquier monumento importante. Si lo visitas, hay que hacerse la foto. Pues eso.
9. Fito. También me gusta. Aunque para nosotros no sea "tanto" como Calamaro, quizá para los argentinos sí.
10. Si nos organizamos... Himno para los últimos solteros del bar a las 6 de la mañana cuando: "si es mujer, mejor"... ? (taxista porteño dixit)
11. Sumo. Obviando la letra, la música me gusta. Esto ha sido también en boliches? 6 de la mañana?
Parece que tenemos impresiones parecidas. Lo único que te faltaría es permanecer en un boliche hasta la madrugada, atónito ante la avalancha de temas que, bajo la visión ibérica, en la mayoría de los casos rozan lo ridículo.
ResponderEliminarTe dejo un link de otro foro que narra, según ellos, las 120 mejores canciones del rock latinoamericano. Es curioso como desde dentro de una nación se percibe de otro modo. Digamos que es como si en el extranjero pensaran que las mejores canciones del rock español las cantasen Alejandro Sanz y David Bisbal. Los que consiguen salir de la frontera no tienen por qué ser lo mejor ni lo más escuchado, sino aquellos que tuvieron los medios suficientes para poder exportar su música.
http://rockenlasamericas.blogspot.com.es/2009/10/mas-que-rock-en-espanollas-120-mejores.html