sábado, 19 de mayo de 2012

Multinacionales, patriotismo a la medida

- Léete mi correo anterior, el del patriotismo de las multinacionales. Muy interesante.

- Buenísimo el articulo, explica todo muy muy muy bien pero con una brevedad que hace que su comprensión sea muy clara. Increíble decir tanto con tan poco. Cuando tenga un rato laaaargo, te resumire mis impresiones, resumen que puede ser más extenso que el propio artículo.

Multinacionales, patriotismo a la medida

El ocho y las novelas históricas eclesiásticas

- Tras una serie larga de lectura de libros que me han gustado, me he topado con un tocho que pese a sus 900 paginas probablemente me acabe entreteniendo y me lo lea rapido pero que no puedo calificar mas que de mojon. Lo tenia en casa desde hace bastante tiempo porque me lo habia regalado mi hermana y desde el momento en que lo vi le puse la cruz, sabia que era un mojon de esos de los que sacan en navidad y ponen a 23.95 euros a la entrada de los centros comerciales y se convieren en exito de ventas y en la portada del libro aparece la inscripción "la ultima novela del autor de elmojonanteriorqueescribioeltioperoquetambiensehartodevender".

El libro se llama El Ocho y es del estilo del Codigo da Vinci y todas esas porquerias que se pusieron de moda hace unos años. por supuesto mezcla hechos del pasado con hechos actuales, la iglesia está por medio, hay un objeto antiguo que buscar (un ajedrez), la busqueda lleva a los protagonistas a varias ciudades del mundo, a la protagonista le lee el futuro una pitonisa que le cuenta un galimatías ininteligible pero que luego irá cuadrando palabra por palabra con el misterio que hay que resolver, etc.

Yo ya sospechaba que iba a ser así y en las 100 primeras páginas mis sospechas se han confirmado. he estado a punto de no empezarlo, de hecho durante un día viajó en mi mochila pero preferí ver el paisaje a través de la ventana del autobús a comenzar la lectura, pero finalmente me he obligado, he borrado de mi mente el pensamiento de que este libro me hará perder unas dos semanas en las que podría leer algo de provecho, incluso he borrado la tentación de dejarlo olvidado en el asiento del bus para que lo encuentre alguien que lo pueda disfrutar más que yo, pero bueno, al fin y al cabo me lo regaló mi hermana con la mejor de las intenciones y más de una vez me ha preguntado si me lo he leído. Por suerte tenemos mucha confianza y sé que no se enfadará cuando le diga que era un mojoncillo de libro y por suerte no me regaló la edición navideña sino la edición de bolsillo, unos 5 euros, supongo.


... Una hora después ...


- Jajajajajjaja. Yo me lo leí con 17 o 18 años, cuando devoraba libros de novela histórica eclesiásticos tipo thriller. Acabe tan cansado de lo mismo que me prometí no volver a coger ninguno en muuuuuuuchos años, y aún sigo.

Hace un par de años la misma autora sacó la continuación, se llama "el fuego" o algo así. Se ve que le gustan los títulos escuetos.

De todas las novelas similares que leí, la que más me gustó fue "el último catón", de Matilde Asensi. Aprende uno mucho de "la divina comedia" en ese libro.

Caín y José

File:JSJoseSaramago.jpg
Imagen tomada de Wikimedia Commons
http://commons.wikimedia.org/wiki/File%3AJSJoseSaramago.jpg
[CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)
Hace algunos años que admiro a José Saramago, no muchos, la verdad, o no tantos como me gustaría. Dicho sea de paso y en mi defensa, hasta hace poco tiempo, aunque ahora parezca que siempre haya sido así, no teníamos las facilidades que tenemos ahora para acceder a libros, autores, biografías, etc. Leíamos y conocíamos lo que teníamos delante, lo que nos dictaban en el colegio, lo que encontrábamos por casa, algunas veces lo que nos prestaba algún amigo o lo que por casualidad escogíamos en la biblioteca. Ya en el colmo de la modernidad de los "mass media" de ese tiempo podía darse el caso de que hablaran de un libro o de un escritor en el Telediario o en Informe Semanal y a tí te picara la curiosidad y salieras corriendo a la biblioteca del barrio a buscarlo, pero, ¡oh, amigo! ¡que tú no eres el único que ha visto hoy el Telediario! Así que escogías otro libro y otro autor al azar o volvías a mirar a ver si estaba disponible alguno de los libros que quieres leer pero nunca están o te ibas a tu casa y ya leerías otra cosa que te encontraras por allí. Al cabo de los días ya habías olvidado el objeto de tu búsqueda y lo habías sustituido por otro, y todo volvía a empezar.

Bueno, que me desvío. El primer libro de Saramago que leí fue "El Evangelio según Jesucristo", hace bastante ya de esto, durante mi adolescencia, y lo leí simplemente porque lo encontré en la estantería de mi casa y en ese tiempo leía todo lo que pillaba, casi como en todas las etapas de mi vida, vaya. Aún no conocía a Saramago, no lo busqué. La encuadernación del libro, si no me falla la memoria y no se mezclan las imágenes con otras que hayan poblado las estanterías de la casa de mis padres, era amarilla y bajo el título estaba dibujado el Hombre de Vitrubio. No puedo decir que su lectura me impactara o que significara un antes y un después en mi vida o en mi manera de ver o sentir la religión, ni siquiera puedo decir que fuera el principio de mi admiración por su autor. No. Y esto es así porque sinceramente apenas me acuerdo de qué iba. ¡Claro!, iba de Jesucristo, contaba su vida desde otro punto de vista, humanizándolo, como si fuera la historia de un hombre y no de un Hombre. Su madre no era virgen, él tampoco murió sin probar la carne, cometió algún que otro pecado propio del común de los mortales,... pero realmente no recuerdo el argumento. Si Saramago lo describe como un falso profeta o como un loco o como un revolucionario. Así que este Evangelio no logró "convertirme".

Luego le dieron el Nobel, en 1998, y como es normal en estos casos, su popularidad subió como la espuma y a mí ya empezaron a rondarme en la cabeza títulos como "Ensayo sobre la ceguera" o "Todos los nombres". Me llamaban muchísimo la atención. Qué títulos tan curiosos. Y Saramago empezó a salir en la tele de vez en cuando. Y a mi me iban pareciendo interesantes las cosas que decía este hombre y cómo las decía. Pero tenía tanto que estudiar y tanto por leer en esa época que a la hora de elegir en la biblioteca siempre me decantaba por otros. "El guardián entre el centeno", "American psycho", "El señor de las moscas",... Miguel Delibes, Antonio Muñoz Molina, Eduardo Mendoza,... Hasta que bastantes años después, en 2007, la Junta de Andalucía le concedió el título de Hijo Predilecto, y ahí estaba yo, el Día de Andalucía viendo en Canal Sur la gala de entrega de las Medallas de Andalucía cuando sale este hombre, con 85 años, y se inventa sobre la marcha un discurso de 20 minutos en una lengua que no es la suya. Habla de Andalucía, de los otros galardonados, de los problemas de Europa (aún no había estallado la crisis), de su mujer, de su familia política, se le cae la medalla al suelo y suelta un chascarrillo...

¡Ya está bien! Tengo que leer algo suyo cuanto antes. Y así es como fui corriendo como un loco a por "Las intermitencias de la muerte". Y no me decepcionó. Después vineron "Todos los nombres", "Ensayo sobre la lucidez",... Y me encantaron todos. Lo que más me fascina no son las historias que cuenta, que también, sino cómo las cuenta. Mientras estás leyendo sientes algo especial, percibes que la persona que ha escrito esas palabras debe de ser muy inteligente, un genio. Es como cuando deducen el enorme coeficiente intelectual de Goethe o Kant o Newton o Gauss a partir del análisis de sus obras. Con Saramago se podría hacer lo mismo y estoy seguro que el resultado estaría a la altura del de los anteriores. Con pocos, muy pocos autores, o ninguno, he tenido una sensación similar. Cada libro es una historia, la muerte deja de matar, un funcionario aburrido busca a una mujer, en un país todos se quedan ciegos, la Península Ibérica se separa de Europa,... lo que sea, historias más o menos sencillas, tampoco es para tanto, pero la historia no es más que una excusa para transmitirte o llevarte hacia un pensamiento, o a una forma de ver las cosas, o mejor aún, para hacerte pensar a tí. Y las palabras que emplea, su prosa, su estilo, son el vehículo que transporta esas ideas hacia tu mente. Porque la misma historia contada por otro cualquiera o de otra manera sería mucho más simple, la muerte deja de matar, un funcionario aburrido busca una mujer, en un país todos se quedan ciegos, la Península Ibérica se separa de Europa,... y nada más. Así que leer a José Saramago implica una doble dimensión de la lectura, no sólo estás leyendo sino que al mismo tiempo tu cerebro, en un proceso paralelo, está reflexionando, creando nuevas ideas, recolocando los muebles, aprendiendo desde dentro, porque la lección o la doctrina no está en el libro, en el libro está la semilla necesaria para que ese conocimiento surja de tu interior. A la manera en que Sócrates enseñaba a sus discípulos, Saramago no trata de adoctrinar, sino de hacer pensar. Sus libros son clases de filosofía. Como consecuencia de esta doble actividad cerebral a veces aparece el agotamiento. Reconozco que hay páginas y pasajes que, por densos, por la desenfrenada actividad de mis neuronas, me agotan, se me hacen pesados y tengo que parar al menos un rato. Como cuando estás estudiando. Especialmente cuando se acumulan las paginas sin que aparezcan el fino humor o la ironía con las que a menudo parece que trata de quitar hierro al asunto tratado. O de dar un respiro al lector. Pero el "esfuerzo" merece la pena, hay una doble recompensa, el placer de la lectura es la primera e inmediata y es el camino hacia la segunda y más importante, conocer un poco más de ti mismo y del mundo que te rodea.

Yo pretendía hablar sobre "Caín", el último libro de José Saramago y el último que me he leido, pero creo que me he pasado con la "introducción" así que lo dejaré para otro día. Mientras ese día llega, no dejo de recomendar su lectura porque "Qué diablo de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín".


viernes, 18 de mayo de 2012

El hombre y la Renta

- Ya tengo la propuesta, necesito que me la firmes y explicártelo en persona. El cambio medio anual es 0.87.
- OK. Gracias. Supongo que la propuesta es similar al resultado de la declaración.
- ¡Hijos de puta!, menudo susto me he llevado, te sale a pagar 4000€ en vez de a devolver 1300€.
- ¿Que me sale a pagar 4000? Pues los va pagar quien yo me sé. Porque yo no voy a pagar. Eso lo tengo claro, mi dinero ya ha tributado, no voy a pagar dos veces.

15 largos minutos más tarde.

- Ahora te explico.
- OK.
- No te asustes.
- No, no, no me asusto. Sólo me estoy preparando para la guerra. Creo que ya se quién va a ser el primero que le va a meter dos tiros a algún político. Por cierto que supongo que será porque no me había fijado antes pero ya estoy viendo posts y comentarios de gente incitando a la violencia y a matar a los sinvergüenzas que se lo merecen.
- Illo que he estado mirándolo con el jefe de Renta. Luego te explico, no vas a pagar 4000€.
- Pero es que no lo pagaría aunque lo dijera el ministro de Hacienda.
- Illo si lo sé te digo la solución y te ahorro el mal rato. Tus retenciones del extranjero van en otra casilla, la propuesta que te han hecho es sin incluirlas, y te dicen que puedes meterlas tú. Total que contestamos que no estás de acuerdo con la propuesta, que faltan las retenciones, me firmas esto y ya está. Y lo mejor de todo es que para este año ya sabemos perfectamente cómo va, o el año que viene hablo con el jefe de Renta otra vez y le digo que qué coño pasa.
- Así va el país, la de papelo que hay que hacer para cualquier cosa y el tiempo que se pierde. Coño si para una puta declaración hay que liar lo que hay que liar y tiene que pasar 30 instancias y 30 funcionarios... Luego quieren que seamos productivos. ¡Qué asco de país!
- "https://www2.agenciatributaria.gob.es/L/inwinvoc/es.aeat.dit.adu.eeca.catalogo.VisualizaSc?COMPLETA=NO&ORIGEN=J". Métete en ese link. Te lo envío al correo mejor para que puedas imprimirlo desde el PC. Avísame cuando estés en el PC.
- Me pide un código.
- Ahora te lo digo, estoy meando... 24*************F4. Hazlo desde el PC para poder imprimirlo. ¿Te aparece?
- Sí. Ya me lo he leído.
- Hay que leer las motivaciones. El domingo cuando volváis tenéis que parar en Fuengirola. Para mi fortuna. Nos vemos, me lo firmas y ya lo relleno yo. Si quieres, cabe la opción de que lo rellene y le eche un garabato yo mismo. Pero me gusta más la de que os paréis en Fuengirola.
- Pero entonces ahora qué hay que hacer, ¿presentar algo demostrando que es aplicable lo de la doble imposición internacional? Supongo que necesito algún papel de aquí que lo demuestre. Si lo sé se abre una cuenta vivienda quién yo sé. Mira que yo no quería y me la abrí para que Vane no me diera más la chapa. ¡Qué coñazo!
- Lo de la cuenta vivienda no tiene nada que ver. Illo que ya no falta nada, no hay que justificar nada. Te dicen que puedes solicitar la doble imposición.
- Yo creo que sí, sin la cuenta vivienda la declaración salía a 0 y me hubieran dejado tranquilo como a otros compañeros.
- Pues ya está, en la propuesta ponemos que no estás de acuerdo y que solicitas la doble imposición.
- Vale.
- Y en breve sale, una vez están las propuestas y se atienden ya en semanas está listo . No es de la cuenta vivienda.
- Ahí está lo que no entiendo, si tienen los papeles que demuestran que cobro en el extranjero y que cotizo en el extranjero... ¡coño, aplicad la doble imposición y dejaros de rollos!
- La cuenta vivienda no tiene nada que ver. La cuenta vivienda, de hecho, les aparece a ellos en el borrador.
- Jamás entenderé las vueltas que le dan a todo los abogados y los economistas. ¡Qué pérdida de tiempo cojones!
- Lo que les descuadraba es que ellos tenían unos ingresos, los de España, y tú habías metido más.
- ¿Para cuando un mundo gobernado por científicos?
- Por eso te pidieron la documentación, para ver de dónde salían las diferencias. Una vez confirmadas las diferencias y que resides en España te dicen "vale, lo has hecho bien, salvo que las retenciones no iban en esa casilla sino en la de doble imposición".
- Ojú, ojú, que rollo.
- Esto en persona se entiende fácil. Te dejo que voy a comer.
- Seguro que en la declaración de Emilio Botín no son tan quisquillosos.
- Este año va a ser más rápido.
- Venga, muchas gracias por todo.
- ¡¡Anda!!


viernes, 11 de mayo de 2012

La librería de El Corte Inglés, el Kindle, Asimov, Hemingway, Follett...

- Porquería de librería que tiene El Corte Inglés. Ya no vengo más. No tienen nunca de nada.
- Carilla, ¿no?
- Que no tienen de nada. Se supone que El Corte Inglés tiene de todo. De Asimov tienen un libro. De historia.
- Pero puedes pedirlos. De todas formas siendo socio de la Fnac paso de comprar libros en otro lado.
- Pero es que ya no voy apenas.
- Pues pide por correo, con el descuento te pagas los gastos de envío que son 1 euro pidas un libro o pidas cien. Para serte sincero yo no pido por correo porque para mí es un trauma cada vez que me tienen que traer un paquete a casa porque nunca estamos y hay que estar peleando con los mensajeros para que te los traigan a la hora que tu quieres. Pero tú no tendrías problema en eso. Estoy frito por comprarme unos libros y estoy esperando ir a La Cañada.
- Sí, es una buenísima opción. Pero pierdo el ritual de ir a la librería y escoger un libro. Y eso me hace pensar en el ebook, y que aunque lo tuviera, seguiría comprando libros.
- Ya, yo hay algunos libros que no quiero comprar sin ver antes la encuadernación o el papel, pero otros me da igual o sé como son de antemano. Yo si tuviera un Kindle seguiría comprando libros, una cosa no quita la otra.
- Me imagino con un aparato como el Kindle, con todos los libros que quiero dentro, miles, y no me pongo cachondo. Al final no leería ninguno. Pero claro, su precio tan competitivo no excluye seguir comprando.
- El ebook es o sería un complemento de lectura, pero no el sustituto total. Yo creo que al tener un Kindle no se debe caer en el error en el que se cae muchas veces al piratear una consola o bajar pelis: bajas todo lo que pillas y luego no juegas realmente a ningun juego, no le pones ganas, no te esfuerzas en pasarte una fase enquistada porque sabes que hay otros juegos esperando. Habría que ir bajando los libros conforme los vas leyendo.
- Sí, sí. Lo malo es que uno siempre tiene 5 o 6 libros para leer en breve. Pero es cierto, el Kindle, por su precio, el barato claro, hace que no te dé remordimiento de conciencia si sigues comprando libros. Y es fácilmente amortizable en poco tiempo, 50€ lo son. Viajes, playa,...
- Amortizable es incluso el 3G. Cada vez que vayas a la playa puedes leer el periódico sin tener que comprártelo, jajaja. No sólo de libros vive el lector. Y teniendo voluntad para mantener en el Kindle no más de 5 libros sin leer a la vez solucionas lo de abarcar mucho y apretar poco. Voy a comer, hablamos luego.
- Pero el periódico lo leo mejor en el iPhone, jaja. Yo también voy a comer, luego me cuentas si has leído "Por quién doblan las campanas".

1 hora más tarde...

- Sí lo he leído. Guapísimo. La historia que cuenta y como la cuenta. Encima aprendes sobre la guerra civil, las brigadas internacionales, los guerrilleros, las limpiezas que se hacían en los pueblos conquistados por uno y otro bando, lo salvaje que podemos llegar a ser en una guerra,... la desorganización que había en las filas republicanas,... en fin, que está muy bien y que te lo recomiendo.

4 horas más...

- Estaba pensando en leérmelo antes de empezar con la Saga de los Robots.
- Es gordillo pero se lee rápido. 619 páginas, que lo tengo aquí delante.
- Jajaja. ¿Lo has leído hace poco? Ri me recomendó muchísimo "La caída de los gigantes", de Follett. El primero de una trilogía de guerras que va a escribir.
- ¿Por? Lo he leído también.
- Pero son 900 páginas, y yo lo que en realidad me quiero leer es a Asimov, jaja. Joder Rafael.
- Me lo regalaron mis hermanos para los Reyes del año pasado, gordísimo pero muy fácil de leer, entretenido, no es una obra de arte, está pensado para que se convierta en un best seller. Lo cual no quiere decir que no me gustara. De hecho me compraré las otras dos partes cuando salgan.
- Lo que quiere decir es que te comes los libros a pares. Bien. A Ri le gustó muchísimo.
- Pero ya te digo que no está llamado a convertirse en un clásico de la literatura. Eso sí, también aprendes algo de Historia. Se ve que los libros de texto del instituto no nos enseñaron mucho.
- Pues uno de los dos quizá lo lea antes de empezar con la Saga de los Robots. Seguro.
- Hemingway imprescindible.
- OK.
- El otro puedes morirte tranquilamente sin habértelo leído.
- No lo tenían hoy tampoco en El Corte Inglés.
- Jajaja.
- Tenían su relato más famoso, "El viejo y el mar". Lo único de Hemingway. No soporto El Corte Inglés. Creo que desde tu guitarra.
- Pero ese te dura un asalto. Jajaja.
- Sí, las letras fuente 24.
- Jajaja.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Canciones que quedan


No te voy a contar nada nuevo que no sepas. La música tiene ese poder que vamos descubriendo a medida que nos hacemos más pesados, cuando somos capaces de verificar que el tiempo avanza sin que podamos controlar cómo y cuánto queremos que corra, cuando sentimos que una combinación de sonidos es capaz de arrastrar nuestra mente a cualquier rincón del pasado. Confío en no ser la primera persona que rehuye en ocasiones a escuchar una u otra canción, por pavor a sentir, por incertidumbre ante lo que nuestro estado anímico pueda desembocar.

Ahora, a escasos días de haber realizado un viaje más táctil que visual, puestos a elegir algún sentido que refleje el cariño que he tenido la suerte de recibir en estas vacaciones atípicas, tan llenas de tanto, pienso en la música que me traigo y la que dejo, en las canciones y discos que en unos meses, años o décadas, me harán sentir y estar, cierre o no los ojos, de nuevo en Argentina, en aquel otoño de veinticuatro grados coloridos, de montañas, cataratas y cumbia, matambre, bomba de tiempo, de colectivos, Verdi, y de mucho reencuentro.

En este primer post, de cuyo blog tengo el honor de estrenar, no me cabe la vivencia de estos diecisiete (o ciento diecisiete) días de abril y mayo, así que voy a contarte algunas de las canciones que elegí para la aventura en solitario, así como varias canciones de artistas como Soda Stereo, Beirut, Gilda o Calamaro, entre otros, que me han enseñado allí, desconocidos para mí completamente o de oídas, y que sin lugar a dudas estarán conmigo, quiera o no, hasta siempre.



Música que escuchaba mientras grababa en mi retina y oídos la Patagonia e Iguazú:



El disco entero en realidad. Sí, había que andar, en el glaciar casi hacer step, y qué mejor que ésta canción.



Me encantan The Smiths, hay quien dice que son los padres del indie británico. Lo que si es cierto es que canciones como Panic recuerdan una barbaridad a Oasis, e incluso el propio Noel Gallagher ha versionado la canción de arriba. Incluída también en la BSO de la (no) comedia romántica "500 días juntos", es una de mis preferidas, junto a This Charming Man y Please Please Please Let Me Get What I Want.



Junto a Norah Jones, ésta más para el avión, ha sido mi compañera para los momentos tranquilos. De Russian Red espero eso, suavidad.




Ninguna otra canción podrá ser más icónica de éstas vacaciones que Canción de vuelta. A lo largo del año pasado, me veía a mí mismo volviendo de Argentina, escuchando ésta canción, y diciéndome, ¡cuánta verdad hay en la letra en mi situación!





Música que he descubierto rodeado de porteños, en la ciudad de Buenos Aires:






Según varias listas de foros, una de las mejores canciones de la historia del rock latinoamericano. Soda ha sido para mi un gran descubrimiento.






Música de boliche, así es.






Una artista mítica, presente en todos los boliches, como tantas cumbias que no paran de sonar en cualquier noche porteña.




Calamaro es Plaza Francia y es Argentina.



Mucho Fito hay allí, más aún que Andrés.





Variación estupenda de una canción inicialmente de protesta. Mucha razón hay en la letra, con una buena organización todo puede salir bien. Espectacular.




"La rubia, tarada, bronceada, aburrida, me dice: ¿por qué te pelaste? y yo: por el asco que da, tu sociedad, ¿por el pelo de hoy, cuánto gastaste?". Italiano de nacimiento, se refugió en Argentina para abandonar el mundo de las drogas. De él salió semejante canción.

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