Llevaba tiempo hablando del corto que vi el pasado 23 de diciembre, recuerdo bien la fecha porque te envié a ti, un día después, un mail contándote que había vivido una primera experiencia. Había ido solo a ver Big Hero 6 al cine (ganadora antes de ayer del Oscar a mejor película de animación), y al entrar en la sala cuál fue mi sorpresa que las dos chicas que estaban en dentro se salieron antes de que empezaran los anuncios de publicidad, antes, sacrilegio, de recibir el pequeño regalo que Pixar nos ofrece habitualmente antes de emitir la propia película, su corto de animación. Sentirían miedo, supongo. Así pues me encontraba en la sala doblemente solo, algo que no importa un carajo en el post que estoy escribiendo pero que ayuda a que tú también hagas memoria y relaciones que te hablé en algún momento de esta última navidad de dicho corto, Feast, Buenas Migas en la traducción al español. Oscar al mejor corto de animación.
Es difícil tener acceso a los cortos, sean de lo que sean, de animación, nacionales o documentales. Difícil probablemente porque las distribuidoras ponen más trabas que ayuda, ganas, no vale la excusa de que no hay cultura de cortos, que estamos más acostumbrados a los largometrajes. Si no hay cultura de cortos se hace, se trabaja. Se coge algún mes previo a la celebración de los Goya, Cesar, Oscar, Bafta, que ya se sabe quienes serán los nominados, y se promueven en las salas de cine proyecciones de cortos gratuitas. O se cuelgan en la red con acceso público durante un determinado número de días, o en tv, qué sé yo, que no entiendo cómo actúa la industria cinematográfica, que por otro lado me pregunto cómo puede estar perdiendo el filón de los cortos y no hacer dinero, y no hacer nada. Algo. A poco que hagan será más que la pérdida de obra cultural que se va al garete cada año, pues a cualquier ciudadano le será inaccesible, por mucho que busque formas, ver algún cortometraje de los que aparecen nominados en los grandes certámenes del cine internacional. Seguramente sea más beneficioso facilitar el visionado a la mayoría de la población que todo ese trabajo se vaya al traste. En muchas ocasiones verdaderas maravillas, más originales, arriesgadas y brillantes que sus hermanos mayores en duración.
A todo esto, que me se me va el tema, te dejo el enlace aquí para que puedas, si tienes siete minutos, menos de siete minutos, disfrutar de lo bueno de los cortos, en un plis plas te emocionan, te hacen volar, caer, reír, sentir y llorar. Eso es Feast, que nos cuenta, a través de los ojos de un animal, cómo evoluciona la vida de su dueño.
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